C - Abue… ¿no me mostrás fotos hoy? - Ese es el pedido de Cyntia, la de 10 añitos…
M - Y contanos alguna de tus historias, - Agrega Meli ya casi una señorita de 14.
(Me gusta hacerme rogar un poco)
L - Hoy no estoy para historias ni cuentos…
C - ¡Dale abu!... (Frotando su carita por mi brazo)
L – Es que si les cuento un relato "verdadero de verdad" se van a aburrir.
C y M - ( a dúo) ¡Nooo! Vos dale.
L - Bueno, ¿Ven esta foto? Ese es un ñandú jovencito, me costó un montón sacarla.
L - Hoy no es como antes que en tierra Rankül abundaban los ñanduces. Ahora quedan muy pocos en estado salvaje puro. Aproveché que pasé por el sur de San Luis y norte de La Pampa, territorio que antes perteneciera a la nación Mamülche o Rankülche para tratar de ver y fotografiar ñanduces
Las niñas se acomodaron en cuclillas esperando ansiosas el relato que se venía mientras la madre, preparando las pizzas miraba y sonreía.
L.- Ocurre que veníamos con el tío Alberto en mi "cama rodante" cruzando toda la provincia de San Luis. Busqué a un baqueano nativo que me habían recomendado un tal Quenequetren que tiene muy buenos caballos, porque los ñanduces son muuuy lijeros, tanto como un buen caballo y hay que tener muy buen flete para acercarse.
Lo encaré al indio y le dije si me alquilaba un caballo.
- "¡NO!"- fue la repuesta – "Caballo, guitarra y mujer no presto ni alquilo. Total el huinca no sabe montar."
C- ¿Qué es el Huinca Abu?
L – Huinca es el nombre que le dan los mamülches a los hombres blancos.
L – Pues la cosa se presentaba dura y había que usar estrategia o me quedaba sin fotos de ñandú en libertad. Entonces le dije: “¿Qué Lito, que anduvo de rastrillada de acá hasta Lihué Calel con Yanquetruz no sabe montar? ¡No se equivoque Quenequetren!”
L – Ni bien oyó mi nombre junto al del Gran Cacique Yanquetruz el hombre cambió…
¿Usté es el Lito que anduvo con Yanquetruz? ¡Si me haberán contao historias! Don Lito, no solo un cabayo, tuita la tropilla y yo mismo estoy pa servirle. Elija el pingo que le busco un cuero…
L – No se preocupe por eso, y de un salto me subí a un tobiano al que le había echado el ojo.
(Las niñas se miraron entre ellas socarronamente pero no dijeron nada)
L – Quenequetren tomó unas boleadoras y montó otro y allá fuimos, para el lado de la lomita que el indio me indicó. Puse el tobiano al galope corto y me alcanzó rápido y me dijo: “tome Don Lito” -tirándome las boleadoras- “esto es pa usté que es un maestro”. En realidad me parece que no entendió que yo quería sacarle fotos. Creyó que quería cazar alguno y por eso me dio las boleadoras. Entonces tenía la cámara en una mano, las boleadoras en la otra, montado en pelo en el caballo y al galope sujetándome de las crines con la otra y …
M – ¡Abu!… Si vos solo tenés dos manos…¿Cómo hacías para sujetarte de las crines?
L – Es que a ratos sujetaba las boleadoras con los dientes y a ratos con la mano entonces me agarraba de las crines con los dientes. ¡No cualquiera! – Pero no me interrumpas el relato que viene lo mejor… Allí vimos unos ñanduces, le hice señas a Quenequetren para que fuera por el otro lado de allá y me fuera arriando uno para donde había un alambrado así yo cortaba camino y lo podría fotografiar corriendo.
C - : (En voz baja al oído de la hermana) "Debe ser por eso que abu tiene dentadura postiza, es que no la cuida"
Pausa
L.- El ñandú cuando corre parece que no toca el suelo y dispara casi tan rápido como un auto, así que no es cuestión de dormirse. Allí estaba su abuelo cabalgando al galope tendido por un campo lleno de vizcaheras y cuevas de peludos tras un ñandú que volaba no corría.
L – Mirá si volaba que en esta foto se ve que no toca el suelo con las patas.
L- Mirá los esquives que se mandaba… por eso lo hice ir contra el alambrado, para que no me dejara pagando.
L.- Y me le fuí arrimando al galope sujetado de las crines con los dientes mientras reboleaba las boleadoras con la izquierda y con la derecha enfocaba la cámara
L - Y me le arrimé tanto como para saltar sobre su lomo de un salto...
M.- ¡Huy abue! Mirá que cerquita lo tenías… y... ¡qué casualidad! ¡El espejo retrovisor de tu caballo era muy parecido al de tu “cama rodante”! ¿no?.
(Es que a estas chicas modernas no se les escapa detalle)
L.- Bueno, basta de historias, por hoy, ahora van y buscan en el Google “Yanquetruz” para que vean un poco de la historia de ese americano y noten lo diferente que era entonces la vida...
